Controversia sobre el vehículo eléctrico de New Motors
El presidente ejecutivo de New Motors, Nassim Belkhayat, ha generado controversia tras una aparición en televisión en «Medi1TV», donde respondía a acusaciones de haber copiado un automóvil chino y presentarlo como el primer vehículo eléctrico marroquí al 100%.
Durante la entrevista, Belkhayat realizó afirmaciones controversiales, indicando que podrían haber presentado un diseño marroquí con tecnología de la que «no saben nada», pero optaron por adaptar «una plataforma asiática comprobada». Según él, esta «estrategia única» se basa en la reingeniería, un enfoque que, aunque común en la industria de teléfonos móviles, es raro en la fabricación de automóviles.
Belkhayat agregó que no solo se limitan a adaptar el automóvil, sino que realizan cambios significativos para cumplir con los estándares marroquíes y europeos, lo que permitirá avanzar en logros, expansión y generación de empleo. Afirmó que esta estrategia es «soberana» porque se realiza en Marruecos, generando valor en el país.
En la entrevista, reconoció problemas de comunicación y traducción que provocaron polémica acerca de su nuevo vehículo, aclarando que querían expresar que se trata de «un automóvil eléctrico 100% fabricado por una empresa marroquí».
Polémica en aumento
Las declaraciones de Belkhayat probablemente intensificarán el debate, especialmente después de que la celebración del lanzamiento del vehículo «DIAL-E» pasara de ser un logro nacional a un escándalo que afecta la credibilidad de Marruecos.
Lo anunciado durante el Día Nacional de la Industria en noviembre de 2025 como el «primer automóvil eléctrico marroquí al 100%» se ha revelado rápidamente como una copia de modelos chinos de bajo costo, como el “Wuling Mini EV” y el “Today Sunshine M1”.
Esto no es «inspiración», como sostiene Belkhayat, sino un claro robo de ideas que socava la confianza en la emergente industria local y aprovecha el apoyo gubernamental para comercializar productos importados como «marruecos».
Copia evidente
Desde el anuncio oficial, las redes sociales han inundado imágenes comparativas que muestran que «DIAL-E» es simplemente una versión ligeramente modificada de pequeños automóviles eléctricos chinos que se venden por menos de 5,000 dólares en el mercado chino. Las dimensiones, la estructura y el diseño exterior coinciden hasta en un 90% con modelos como el “Wuling Mini EV”.
Mientras los modelos chinos originales se venden a precios bajos, New Motors fija el precio de su producto «marroquí» en 100,000 dirhams (más de 10,000 dólares), lo que genera dudas sobre la verdadera rentabilidad y el valor agregado.
El debate no se limita al diseño; el vehículo no cumple con los requisitos de la clasificación «Hecho en Marruecos», que exige al menos un 40% de componentes locales. La mayoría de las piezas clave, como el chasis y la electrónica, son importadas de China y se ensamblan en la fábrica de New Motors, en un proceso más parecido al «ensamblaje final» que a la producción real.
Este enfoque no es una innovación, sino una evasión a la inversión en investigación y desarrollo, aprovechándose de la promoción mediática para presentarse como un «salto cualitativo» para la economía marroquí. Mientras Marruecos produce más de 700,000 vehículos anuales a través de empresas globales como Renault y Stellantis, New Motors compromete la confianza en las capacidades locales con un producto que se asemeja a una «copia» en los mercados asiáticos.
Justificaciones de Belkhayat: ¿reingeniería o mera publicidad?
Para defender el proyecto, Belkhayat ofreció declaraciones que suscitan tanto risa como indignación. Aceptó abiertamente «la inspiración inicial de China», pero rechazó la idea de robo intelectual, prefiriendo términos como «reingeniería inteligente» y «ingeniería inversa» para justificar el proceso. Afirmó que la empresa «estudió varias estructuras existentes para reproducirlas y adaptarlas, actualizando algunas partes para cumplir con los requisitos de licencia europeos», añadiendo que esto «no es una copia, sino una mejora industrial y tecnológica».
Estas justificaciones parecen un intento desesperado de convertir el fracaso en una «estrategia asiática exitosa», inspirándose en empresas como Xiaomi en el sector de teléfonos. Sin embargo, en el mundo automotriz, donde la propiedad intelectual está protegida por estrictas leyes internacionales, esto constituye una clara copia que podría exponer a New Motors a demandas de las mismas empresas chinas o poner en riesgo su credibilidad en los mercados europeos a los que pretende exportar.



