El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el viernes un nuevo acuerdo que extiende por un año la misión de la ONU para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), reafirmando la propuesta de Marruecos de autodeterminación como base para una solución política. El acuerdo, identificado con el número 2797 (2025), fue adoptado tras una votación de 11 a favor y tres abstenciones, en una medida histórica considerada un «avance hacia una solución duradera» del prolongado conflicto.
El acuerdo fue adoptado durante una reunión del consejo el viernes 31 de octubre. Extiende el mandato de MINURSO, que supervisa el alto el fuego en la región, hasta el 31 de octubre de 2026, e incluye un llamado explícito a reanudar las negociaciones «sin condiciones previas» entre Marruecos, el Frente Polisario, Argelia y Mauritania.
En un párrafo clave, el acuerdo afirma que la propuesta de autonomía presentada por Marruecos en 2007 se considera una «solución realista y seria» que podría llevar a una «solución política justa, duradera y compatible con la Carta de las Naciones Unidas», al tiempo que se mantiene el principio del derecho a la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental. El consejo también solicitó al secretario general António Guterres que presente un informe estratégico en seis meses sobre el futuro de la misión, basado en el avance del diálogo.
Las reacciones internacionales fueron diversas: Estados Unidos, que apoyó firmemente el acuerdo, lo calificó como un «paso positivo hacia la estabilidad en el norte de África», y su embajador ante la ONU elogió los esfuerzos de Marruecos para promover la paz. Por otro lado, Rusia y China se abstuvieron de votar, argumentando que el acuerdo está desbalanceado a favor de Marruecos.
Argelia, que respalda al Frente Polisario, rechazó participar en la votación, calificando el acuerdo de «desbalanceado» y advirtiendo que podría obstaculizar los esfuerzos por la paz al ignorar las demandas de lo que denomina «representante del pueblo saharaui». El Frente Polisario, que busca la independencia total, consideró el acuerdo como una «decepción» y llamó a reanudar el referéndum, que no se ha llevado a cabo en 50 años, negándose a participar en negociaciones basadas únicamente en el plan de autonomía de Marruecos.
El rey Mohamed VI dio una cálida bienvenida al acuerdo, considerándolo el inicio del fin del conflicto, pero enfatizando que Marruecos no desea que se interprete como una victoria, ya que busca un acuerdo final que no favorezca a ninguna de las partes. En este contexto, anunció que Marruecos presentará una versión actualizada de su iniciativa de autonomía a la ONU, como base para las negociaciones.
Las futuras negociaciones y el informe estratégico de Guterres previsto para mayo de 2026 podrían marcar un punto de inflexión, con la posibilidad de modificar o incluso finalizar la misión de MINURSO si las negociaciones avanzan con el consenso sobre la propuesta de autonomía. Sin embargo, las tensiones regionales entre Marruecos y Argelia siguen siendo una preocupación, dado que Argelia continúa rechazando cualquier solución según la perspectiva marroquí, lo que podría obstaculizar un acuerdo común.
Ante esta situación y con el creciente reconocimiento internacional de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara y el anuncio de inversiones en la región, se espera que Rabat se enfoque en esta ventaja en el futuro para fortalecer su posición en la búsqueda de una solución final, que el mundo, encabezado por Estados Unidos, relaciona con «paz» entre Marruecos y Argelia.
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