«Los proyectiles que cayeron en Smara: ¡¿‘Cohetes iraníes’?!».

Un especialista en defensa ha indicado que los proyectiles que cayeron cerca de la ciudad de Smara, en el Sáhara marroquí, el 27 de junio, podrían ser misiles de fabricación iraní.

El investigador comparó los restos de los proyectiles, cuyos ciudadanos han tomado fotografías, sugiriendo que pertenecen a un misil iraní conocido como “Arash”. Este tipo de misil ha sido utilizado por grupos vinculados a Irán, como Hezbolá, que entrenó a miembros del Frente Polisario en Siria. Además, el propio Polisario ha reconocido poseer este tipo de armamento.

No es la primera vez que se presentan estos misiles; miembros armados del Polisario mostraron en redes sociales imágenes de misiles “Arash” de 122 mm de origen iraní. Estos proyectiles, desarrollados por Irán a partir de tecnología rusa, han sufrido modificaciones que han afectado su capacidad destructiva, según un exmiembro del Polisario.

Informes recientes señalan que estos misiles se han utilizado en ataques previos contra Smara, especialmente en octubre y noviembre de 2023, así como en la localidad de Mahbes en noviembre de 2024. El Polisario exhibió los misiles en 2024, coincidiendo con los rumores de que Marruecos e Irán estaban en negociaciones para reanudar relaciones diplomáticas, cortadas desde mayo de 2018.

El descubrimiento de que el Polisario posee misiles iraníes de tipo “Arash Standard” con un alcance de 250 kilómetros señala un posible incremento en el armamento de esta organización separatista. Estas armas, que habrían llegado a la región mediante redes que incluyen a Hezbolá y a Argelia, son evidencia del apoyo militar iraní al Polisario.

Marruecos, que interrumpió sus relaciones diplomáticas con Teherán en 2018 por acusaciones similares, ve fortalecidas sus preocupaciones. El ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, presentó pruebas del contrabando de armas apoyado por Argelia en ese momento.

Argelia, como un actor clave en esta crisis, es acusada de facilitar el transporte de armas iraníes a los campamentos del Polisario en Tinduf. Rabat condena la política beligerante de Argelia, que contribuye a la inestabilidad regional y al conflicto en el Sáhara.

Mientras Marruecos aboga por una solución política bajo la égida de la ONU, Argelia continúa respaldando al Polisario, rehusando una participación directa en las negociaciones. Esta posición, junto a su alianza con Irán, incrementa el aislamiento diplomático de Argelia y su papel como elemento desestabilizador.

A pesar de estas tensiones, Irán ha mostrado señales contradictorias. En junio de 2023, su ministro de Asuntos Exteriores insinuó la posibilidad de reconciliación con Marruecos, lo cual sugiere un interés en ajustar su política en el norte de África ante presiones internacionales.

Sin embargo, este acercamiento está condicionado a un cambio en la postura iraní sobre la cuestión del Sáhara, ya que Marruecos considera como irrenunciable el reconocimiento de su soberanía sobre esta región. Sin ese compromiso, cualquier intento de diálogo resultaría infructuoso, alimentando las sospechas sobre el apoyo continuo de Irán al Polisario.

Frente a la alianza entre Irán, Argelia y el Polisario, Marruecos se presenta como un pilar de estabilidad regional, buscando visibilizar ante la comunidad internacional el apoyo militar al Polisario que amenaza los esfuerzos de paz en la región.

Marruecos se mantiene firme en su estrategia de defensa de sus intereses, mientras continúa con una diplomacia proactiva. Al insistir en el reconocimiento internacional de su soberanía sobre el Sáhara, Marruecos se posiciona como un actor clave en las dinámicas geopolíticas, respaldado por socios occidentales y árabes.

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