La UE y España impulsan el fin del cambio horario
Los países de la Unión Europea se encaminan hacia la eliminación del sistema de cambio horario entre «invierno y verano», liderados por España, que ha reactivado una propuesta europea detenida desde hace años.
En Marruecos, los ciudadanos esperan el pronunciamiento del gobierno, ante el renovado clamor por regresar al horario natural, especialmente a la luz de las crecientes críticas sobre su impacto negativo en la salud y la vida cotidiana.
España lidera la campaña para terminar en 2026
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció la intención de España de relanzar la convocatoria a nivel europeo para acabar con el cambio horario semestral, proponiendo adoptar un horario invernal permanente a partir de 2026. Este anuncio se produjo después del regreso de la hora atrás el 26 de octubre, el último cambio oficial posible si se aprueba la propuesta, en el contexto de un debate europeo que se ha prolongado desde 2018, cuando Bruselas sugirió poner fin al sistema, deteniéndose debido a desacuerdos entre los estados miembros sobre el compromiso con el horario de verano o el de invierno.
El proyecto español cuenta con el apoyo de otras solicitudes en la UE; encuestas realizadas en la mayoría de los países miembros muestran una abrumadora mayoría a favor de la eliminación, centrándose en los beneficios para la salud como la reducción de trastornos del sueño y la depresión estacional, además de la ausencia de beneficios económicos apreciables del sistema actual.
Este impulso español representa una oportunidad dorada para finalizar la controversia anual, especialmente con el fin del año y la reactivación de debates en el Parlamento europeo.
Marruecos: Llamamientos parlamentarios para volver al horario natural
Al otro lado del Mediterráneo, Marruecos enfrenta un desafío similar. El país adoptó un sistema permanente de horario de verano desde 2019, con una excepción temporal durante el Ramadán para volver al horario natural. No obstante, se renuevan las demandas populares y políticas para su eliminación definitiva, particularmente después del cambio horario del 6 de abril, que generó críticas debido a la oscuridad temprana por las mañanas y su impacto en estudiantes y trabajadores.
En este contexto, la diputada Hanane Atrakine, del equipo del partido Al Asala Wal Maanat en la Cámara de Representantes, instó al primer ministro Aziz Akhannouch a aclarar su posición oficial sobre la posibilidad de abolir la hora adicional, señalando que la ubicación geográfica de Marruecos exige adherirse al horario natural para garantizar un equilibrio en la vida cotidiana y económica.
Atrakine reafirmó que esta solicitud se alinea con las tendencias globales, especialmente en Europa, para evitar las repercusiones negativas en la salud pública. Esta demanda refuerza una discusión más amplia dentro de Marruecos, donde muchos creen que el sistema actual provoca trastornos en el ritmo biológico, afectando la productividad y la salud mental, sin estudios oficiales que avalen sus beneficios económicos o productivos.
El pasado septiembre, con el inicio del año escolar, padres y maestros expresaron su preocupación por la tardanza en el amanecer, que hace que el camino hacia las escuelas sea más peligroso, reavivando el debate en las redes sociales.



