El Consejo Científico Superior ha emitido un fatwa sobre las normas de la zakat, aclarando los criterios utilizados y enfatizando la diferencia con los impuestos.
Fundamentación de la fatwa
El Consejo señala que esta fatwa se basa principalmente en la escuela malikita, recordando uno de los cinco pilares del Islam: la zakat. Sin embargo, la introducción de la fatwa subraya una distinción crucial entre esta obligación espiritual y los impuestos civiles, buscando despejar la confusión común en la actualidad.
Aclaraciones esenciales: guía práctica para los obligados
La introducción de la fatwa presenta diez puntos clave necesarios para facilitar la comprensión del público, explicando términos jurídicos y considerando desafíos contemporáneos. El objetivo es “especificar las normas de la zakat para quienes tienen esta responsabilidad”, recordando a los eruditos su deber de comunicar.
La fatwa incluye detalles sobre los tipos de bienes sujetos a la zakat (desde cereales hasta actividades económicas modernas), su cantidad, cuándo debe ser entregada y quiénes son los beneficiarios, fundamentándose en la escuela malikita. Se alienta también a un esfuerzo abierto para adaptarse a las complejidades del contexto económico y financiero, invitando a abordar nuevos casos mediante analogías con las reglas originales o mediante la consideración de los fines legales.
Además, se insta a los ciudadanos, en especial respecto a la zakat de nuevas fuentes de ingresos, a presentar sus consultas a través de un sitio web que se anunciará próximamente, convirtiendo la fatwa en una herramienta interactiva.
Diferencia fundamental entre zakat e impuesto: responsabilidad divina frente a obligación civil
En el octavo punto de las aclaraciones, el Consejo dedica un espacio especial para clarificar la diferencia entre la zakat y los impuestos, considerándolo “oportuno” para evitar la confusión en la percepción pública. Resume la diferencia de manera elocuente: “el impuesto es cobrado por el Estado a las personas a cambio de diversos servicios que les ofrece, y la zakat es entregada por los obligados de acuerdo con sus normas religiosas, beneficiando a las categorías mencionadas en el Corán”.
Esta distinción no es solo un concepto técnico, sino que refleja una profundidad filosófica y espiritual. Mientras que el impuesto es un deber legal basado en ingresos o riqueza, redistribuido a través de servicios públicos como educación y salud, la zakat es un acto de adoración voluntario, otorgado “en respuesta al mandato divino”.
La fatwa profundiza en esta diferencia citando el verso coránico: “Toma de sus bienes una limosna que los purifique y los limpie” (Sura At-Tawba: 104), destacando el beneficio espiritual para el donante, liberándolo de la avaricia, además de la ventaja social para el receptor.
Mientras que el impuesto puede sentirse como una obligación coercitiva, la zakat genera una sensación de aprobación divina, fomentando la solidaridad sin intermediarios administrativos obligatorios. En el contexto marroquí, donde se promueve la integración de la zakat en los esfuerzos sociales nacionales, esta distinción invita a reconocer que la zakat no es un “impuesto islámico”, sino una obligación que trasciende la economía y se adentra en el alma humana.



